Aporta una visión global de los cambios en los sistemas sanitarios en tiempos de crisis desde los ojos de una gringa, una suramericana, un españoleto, y un caribeño. ¿Quién no ha vivido en tiempos de crisis?


Saturday, April 11, 2015

La crisis del todo




En los últimos años hemos visto (y vivido) crisis en todos los ámbitos, casi simultáneamente, crisis económicas, políticas, y sociales.

Uno de los problemas más importantes actualmente ha sido la crisis económica que ha tenido grandes efectos en varios países del mundo, con mayor efecto en Europa y Estados Unidos, esta crisis ha tenido un gran impacto en la salud de la población, caracterizado por aumentos en los niveles de desnutrición, desahucios, desempleo, drogadicción, depresión, problemas de salud mental, aumento en el consumo de psicofármacos, injusticia social, y en algunos casos disminución del acceso y disponibilidad de los servicios sanitarios.

A pesar de todos los intentos por frenar los efectos de las crisis, vemos que siguen creciendo las desigualdades en salud, definidas por OMS en 2008 como "el resultado de la situación en que  la población crece, vive, trabaja y envejece, y del tipo de sistemas que utilizan para combatir la enfermedad. A su vez, las condiciones en que la gente vive y muere están determinadas por fuerzas políticas sociales y económicas”. Resulta interesante analizar el impacto de la posición social de las personas y los contextos sociales sobre la evolución de las desigualdades en la percepción de la salud y algunos determinantes sociales.

Las crisis políticas por otro lado, terminan afectando la salud de la población, debido a fallos en reformas de los sistemas sanitarios, los cambios durante las crisis conllevan riesgos, incluyendo los de malas políticas, sea por ignorancia, por interés o porque la urgencia de reaccionar a los problemas a corto plazo relegue las grandes cuestiones, priorizando el crecimiento económico para salir de la crisis sobre las consideraciones de sostenibilidad y equilibrio a largo plazo, aunque toda la responsabilidad política se ha visto de alguna manera desplazada al ámbito económico, señalando que cualquier fallo es debido a los problemas económicos.



Todo apunta a que los principales efectos de las crisis son sobre la salud mental de las personas, la situación actual de muchos países, está caracterizada por un alto nivel de desempleo mantenido y el crecimiento del empleo precario, que facilita la aparición de una forma de estrés laboral donde adquiere especial relevancia tanto la inseguridad del presente como el miedo al futuro (perder el trabajo, no encontrar uno nuevo), resultando tan estresante la preocupación por el riesgo de perder lo que se tiene como la pérdida en sí.

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